
Todo lo que el Camino de Santiago puede hacer por ti
El Camino de Santiago es una experiencia única que cada vez año atrae a más peregrinos, caminantes que se lanzan a recorrer varias etapas (o incluso el Camino completo desde Roncesvalles) hasta Santiago cada uno con sus propios motivos personales; bien repitiendo o bien estrenándose en una ruta de peregrinación que cuenta con más de mil años de historia. Los motivos que nos mueven a dar el paso son muchos; algunos lo hacen para cumplir una promesa como agradecimiento, otros por aventura, algunos por motivos religiosos y muchos, muchos, en busca de abstraerse de la centrifugadora realidad que les rodea, esa que llaman rutina.
Hemos charlado con varios peregrinos, algunos veteranos en el Camino de Santiago y otros debutantes en este 2018 que ya vive sus últimos días. Lo hemos hecho para que nos cuenten de primera mano qué beneficios han encontrado en la ruta jacobea tras concluir su peregrinación; qué valores y experiencias se han llevado a casa y qué enseñanzas se han guardado en la mochila gracias a la convivencia con otros peregrinos como ellos. Nuestros interlocutores son Sonia y Gonzalo, valencianos debutantes en este 2018; Paco, veterano con 10 peregrinaciones a sus espaldas y José Luis y Paqui, que este han han recorrido el Camino por segunda vez, atraídos por las buenas sensaciones de 2017.
▷ 1. El Camino nos hace mejores personas
El Camino de Santiago está imbuido de algunos valores muy poco presentes en nuestra sociedad, escondidos a muchos metros de profundidad, como el compañerismo, la fraternidad o la solidaridad. La convivencia con otros peregrinos, caminar juntos con extraños como si nos conociéramos de toda la vida, estar siempre dispuestos a echar una mano o a auxiliar a quien esté en apuros son algunos valores que sorprende encontrarse de forma tan frecuente en el Camino. Tanto es así, que son muchos los peregrinos que vuelven para rodearse de nuevo de estos valores. Paco, nuestro peregrino más veterano lo tiene claro: "En el Camino he hecho algunos de los mejores amigos que podía esperarme. Gentes de todo el mundo, de todas las edades, con los que parece que no tienes nada en común al principio, excepto la pasión por el Camino, que ya es mucho. El Camino muchas veces nos hace dar nuestra mejor versión delante de los demás. Siempre dispuestos a ayudar y a escuchar".
▷2. El Camino nos ayuda a conocernos mejor
En el Camino de Santiago, independientemente del número de días que vayamos a invertir en recorrerlo, vamos a tener tiempo, mucho tiempo para reflexionar mientras caminamos. En el Camino se madruga y se echa a andar con los primeros rayos de luz hasta aproximadamente la hora de comer. Bien sea solos o acompañados, el silencio en las largas caminatas es un compañero más que nos ayuda a poner en orden la cabeza si es lo que buscamos, con mucho tiempo por delante para reflexionar sobre el presente, sobre quiénes somos y el estilo de vida que llevamos, sobre los que nos rodean, lo que hacemos por los demás... "El Camino te fuerza a vivir mucho más el presente, a disfrutarlo. Hoy en día siempre estamos más pendientes de lo que está por llegar y lo que ya ha pasado." afirman Paqui y José Luis, que ya suman dos peregrinaciones a Santiago en 2017 y 2018. El Camino nos da una oportunidad de oro de hacernos esas preguntas que siempre vamos rehuyendo, comprobar si estamos en paz con nosotros mismos.
▷3. Nos fuerza a superar nuestros límites mentales y físicos
Uno de los mantras más repetidos sobre el Camino de Santiago es que nos ayuda a salir de nuestra zona de confort. Esa que pone delante de nosotros un muro invisible en el que hay escrito un "no puedes hacerlo, ni lo intentes". La rutina que se impone en nuestras vidas muchas veces dificulta que nos realicemos como realmente nos gustaría, vivamos verdaderas aventuras y nos arriesguemos, nos probemos, tanto mental como físicamente. El Camino de Santiago, desde fuera, parece un ochomil inalcanzable, pero lo que muchos no quieren reconocer es que es una experiencia escalable que todo el mundo puede adecuar a su tiempo y a sus condiciones físicas. Independientemente de nuestra edad y de lo que nos creamos capaces, hay un Camino de Santiago esperando para todos nosotros; solo hay que organizarse, prepararse con tiempo y ser valientes, como Sonia y Gonzalo: "Siempre quisimos darle una oportunidad al Camino de Santiago, pero la idea de hacerlo con los niños no nos terminaba de convencer por las incomodidades y por que se les hiciera demasiado duro. Al final nos decidimos este año a recorrerlo desde Sarria y para sorpresa el viaje les ha encantado, para ellos ya son sus vacaciones favoritas".
▷4. Te descubre una tradición milenaria y única
El Camino de Santiago es cultura fundamental de España, de Europa y de toda la humanidad y es una tradición que merece la pena ser vivida, protegida y difundida por todos para que no se pierda. Por eso es recomendable que no emprendas esta aventura como unas vacaciones más, como una carrera o un fondo bonito en el que ambientar tus próximos posts en Instagram; si lo que quieres es sacarle el máximo partido al Camino de Santiago, invierte un tiempo en informarte sobre la tradición milenaria que guarda como un tesoro, sus inicios, el modo de vida y los sacrificios de los peregrinos medievales y el contexto histórico en el que nació esta peregrinación. Si lo haces, cuando te encuentres caminando y visitando algunos de los pueblos y ciudades medievales más bonitas de España, sabrás valorar mucho más lo que vean tus ojos.
Fuente: https://vivecamino.com/